09 febrero, 2020

Los cátaros

En el siglo XI surgieron muchas herejías, pero la de los hombres buenos, "los cátaros", fue una de las que más seguidores tuvo. Vamos a investigar cómo y dónde vivían.

En amarillo, el país cátaro.

En Albi, una localidad del Languedoc, al sur de Francia, se formaron unos grupos cristianos organizados que predicaban un mensaje de amor, de tolerancia y libertad. Bajo la autoridad de un obispo, seguían una vida sencilla teniendo como modelo a los primeros cristianos. 


Entre los cátaros, se distinguían una serie de creyentes de la herejía que, por sus profundas creencias y su alejamiento del mundo material mientras predicaban la Palabra Divina, eran conocidos como los perfectos (buenos hombres).

Estos perfectos abandonaban toda posesión, y vivían de la caridad únicamente. A partir de ese momento, se dedican a pregonar las ideas cátaras, que dividiremos en varios puntos:
Albi, centro cátaro, con su catedral.
1. Idea dual (doble) del Universo.

Para los cristianos, Dios había creado todo, el Cielo, la Tierra y el ser humano. Pero los cátaros tenían una visión dual del universo. Creían que había Bien y Mal, dos entidades superiores (Dios y el Demonio). Dios era el creador del mundo espiritual, del Cielo (el Bien), mientras que el Demonio había creado la tierra, donde habitaba el mal. 
En esta idea cátara, el ser humano era un ángel que había caído del Cielo, y podía volver si seguía el camino que Cristo había marcado.


2. Cristo no es humano, es un ángel.

Mientras que para nosotros los cristianos Cristo es divino pero también humano, los cátaros le entendían como un ángel con apariencia humana enviado al mundo terrenal por Dios con una doble misión: 

a) Recordar a los seres que habitan la Tierra que se habían caído del Cielo y que podían volver. 

b) Mostrarles el camino de la salvación, a través del llamado bautismo de espíritu -un rito cátaro llamado consolament-, mezcla de Bautismo, Comunión y Extrema unción que se daba sobre todo a los perfectos para unirse con Dios en el Cielo.
Saint Nazaire de Carcasona.


3. Las almas cambian de cuerpo.

Hasta ahora hemos visto cambios que pueden parecer pequeños, aunque no lo son. Pero ahora sí vemos una diferencia grande con el cristianismo que seguimos hoy. 
Para los cátaros, las almas que se han caído del Cielo, y que habitan este mundo (para ellos, el infierno) están encerradas por el Demonio en un cuerpo (la "túnica de piel" le llamaban), y si al morir no han recibido el consolament, porque no han sido perfectas, vagan por el mundo hasta que por suerte se meten en otro cuerpo.
Este cuerpo nuevo podía ser un hombre, una mujer o incluso un animal. Por eso los cátaros eran vegetarianos. La meta era meterse en un cuerpo de un perfecto, que le permitiría al alma llegar a reunirse con Dios cuando muriese.
Carcasona, una de las ciudades cátaras, hoy.

4. Rechazaban los sacramentos católicos

Al igual que la Cruz, las reliquias o los templos cristianos, también los cátaros rechazan los sacramentos. No le conceden ninguna importancia al Bautismo ni a la Unción de enfermos. Tampoco reconoce el Matrimonio, puesto que los perfectos eran célibes.

Las confesiones se hacían no al confesor, sino en confesiones públicas en plazas abarrotadas de personas. Solo reconocen el llamado consolament, en el que se imponen las manos y no hay agua como en el catolicismo.


EL FIN CÁTARO

En Francia, el aumento de la creencia cátara fue enorme. A fines del siglo XII, los cátaros eran tantos que ya nadie se ocultaba en las ciudades. Nobles como el conde de Foix, el conde de Beziers o Raimundo VI, conde de Tolosa (hoy Toulouse); burgueses y clases populares se llamaban cátaras.

El Papa Inocencio III, al subir al Solio Pontificio en 1198, se propuso convertir a los herejes, pero los misioneros enviados no tuvieron éxito. Pero el resto de Francia vio en los cátaros una amenaza, y se planteó acabar con ellos.

Tanto fue así que se hizo una gran cruzada contra los cátaros en el 1209. Esta lucha terminó después de hacerse con enclaves vitales como Albi o Carcasona y varias matanzas de miles de cátaros (hombres, mujeres y niños), toda la zona se olvidó en 1226 de los cátaros... o no.
Miniatura de la época donde se ve a un cátaro ardiendo en la hoguera.

El último enclave fue conquistado por los cruzados fue Montsegur, un imponente castillo encima de una montaña. Cuando iba a ser tomado, según declaraciones de supervivientes cátaros, se escabulleron de noche algunos y lograron esconder un maravilloso tesoro de oro y plata, que se lleva buscando desde entonces.
El imponente último reducto cátaro, Montsegur.

La Inquisición siguió buscando a los cátaros escondidos, hasta que en 1321 el último cátaro de Occidente, Guillem Belibasta, fue caminando hacia la hoguera. 


Ahora vamos con la actividad. Debes leer lo anterior, y contestar a estas preguntas:

a) ¿Quién creó, según los cátaros, el Cielo y de la Tierra?

b) ¿Cuál fue el final de los cátaros?

c) ¿Qué es el consolament?

d) Enumera tres lugares concretos cátaros.

e) ¿Cómo llaman los cátaros a los cuerpos, y por quién fueron creados?

f) Describe tres dogmas que los católicos vemos más extraños, y por qué.


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